En el interior de la vivienda se ha realizado una propuesta arquitectónica y decorativa, basada en espacios en calma. Donde la presencia de los muros de piedra granítica sirven de enlace entre el color blanco predominante en toda la casa y el gris del muro de carga realizado en hormigón armado, que se erige en la zona central de la casa como elemento sustentante que soporta el peso de todos los espacios creados.

El papel que ha jugado la arquitectura, que se nos antoja inteligente en todas las estancias existentes y las creadas se ha centrado en una redistribución radical de salas y funcionalidades. Adaptando los espacios de noche para permitir la creación de unos espacios de día más amplios y que nos abren a las zonas verdes del exterior. Se consigue por tanto una serie de estancias principales fusionadas, abiertas y conectadas. Otras en cambio más privadas, independientes y resguardadas.